domingo, 14 de junio de 2015

Sucedió en un banco de un parque

Sucedió en un banco del parque

(Narración)

Hacía años que no iba a ese parque. Exactamente en el primer banco a la derecha del camino de piedritas. os lo voy a contar desde el principio:
Yo, desde pequeñita siempre he ido al parque del pueblo, a jugar con mis amigos y amigas en todos los juegos como los columpios, los balancines, los toboganes etc. Había muchísimas atracciones para los niños como yo en esos años de INFANCIA. Todas las veces que iba allí me sentaba en el primer banco a la derecha, que está tapado por un árbol.
Cuando llegué a la PRE-ADOLESCENCIA siempre quedaba con mis mejores amigas para hablar de nuestras cosas y los días de calor nos sentábamos a la sombra del olivo que llevaba allí desde que ten uso de razón.
Ya cuanmdo estaba en esa etapa de la vida..., es decir, la ADOLESCENCIA, tuve que, bueno, pues..., como que di mi primer beso en ese banco tan querido. Fue la experiencia más increíble que había vivido hasta ese momento.
Cuando tuve que ir a la UNIVERSIDAD ME FUI DEL PUEBLO, dejando todo atrás: mi familia, mi casa, mis amigos...
Pasaron los años y acabé la CARRERA DE MEDICINA, había encontrado pareja e iba a formar una familia; hacía un par de años que no visitaba a mis amigos y familiares de mi pequeño pueblo, pero no tenía casi tiempo para ir a hacerles una visita.
Siguieron PASANDO LOS AÑOS y vivía en la ciudad con mi hijo y mi hija, que son unos gemelos de 6 añitos.
Cuando mis niños se hicieron más mayores  (en la pre-adolescencia, exactamente con trece años) me preguntaban sobre mi pasado: donde vivía, como era, sobre lo que hacía con su edad... Y como nunca pude llevarlos con sus abuelos les dije:
-Preparar las maletas, mañana nos vamos al pueblo.
Era verano así que no tenían colegio y yo y mi marido estábamos de vacaciones.
Al día siguiente, aparecimos en casa de mis padres, se pusieron muy contentos de por fin ver en persona a sus nietos, aún que ya habían hablado alguna vez por teléfono.
pasamos toda la mañana con ellos y, por la tarde, fuimos al viejo parque en el que había pasado tanto tiempo cuando era una niña y ya no tan niña.
Nos sentamos en el primer banco a la derecha del camino de piedritas, solo fuimos mis hijos y yo ya que su padre se había quedado en casa deshaciendo las maletas. Había un silencio incómodo, y rompí el hielo diciendo:
-Sucedió en un banco del parque, exactamente en el primer banco a la derecha del camino de piedritas...
Les conté la misma historia que os estoy contando a vosotros y vosotras, contestando así a todas sus dudas.



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